La bujía de la verdadera prosperidad es el entusiasmo. Debes estar entusiasmado de poder avanzar si deseas mantener el progreso.
Si pierdes el entusiasmo, será difícil mantener el éxito. Sin entusiasmo, no es posible que tengas grandes relaciones laborales con otras personas. Sin entusiasmo, la gente continuará mirando sus relojes en vez de dedicar su tiempo a realizar algo nuevo y fabuloso.
La forma de mantener el entusiasmo en el trabajo es recordar la primera vez que fuiste, cuando todo era nuevo y emocionante. Recuerda cuando te contrataron o el día que creaste la empresa. Vuelve a las semillas y deja que vuelvan a brotar. Revigoriza tu trabajo y, cuando lo hagas —cuando introduzcas entusiasmo en todas tus acciones— convertirás el caos en orden. Nada te parecerá un obstáculo y nada será imposible.
Ahora estamos entusiasmados. Hemos abierto los ojos a una forma diferente de pensamiento, a una forma diferente de ver el dinero, la vida y los negocios. Sin embargo, este entusiasmo inicial no es suficiente. Necesitamos..
¡Despertarnos!
Nos referimos al entusiasmo porque es el antídoto contra nuestro mayor problema:
Estamos dormidos.
Convertirnos en la causa de nuestras vidas es la forma de despertar. Tú puedes crear la diferencia y la crearás. Exígetelo a ti mismo. Tu vida llena de verdadera prosperidad te está esperando. Sólo tienes que pedirla.
Escrito por: (Rav Yehudá Berg)
Shalom…