Si estás esperando a que algo grandioso suceda con tu vida, tal vez te quedes esperando; pues nada sucede porque si. Todo es producto de una causa, un anhelo, un deseo, una acción.
Tu accionas y los cielos reaccionan… Entonces esfuérzate por el ser el causante de tus propias Bendiciones.
Ser causa y no consecuencia, esa es la idea.
Las buenas oportunidades no se esperan, se crean.
¿De qué manera?
- Fe y confianza en Dios.
- Mucho esfuerzo, constancia y disciplina.
- Abandona el temor al fracaso.
- Estando en el lugar indicado con las personas indicadas.
Si creamos lo que pensamos, entonces piensa positivo y haz que suceda; pues donde estén tus pensamientos, allí también estarás tú.
Shalom … ¡Bendiciones!