1. Dice el mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
2. «… como a ti mismo» implica tener una sana autoestima.
3. Si no puedes amarte a ti mismo tampoco podrás amar a otras personas; nadie puede dar lo que no tiene.
4. Una sana autoestima se basa en la conciencia plena de nuestro potencial, virtudes, talentos, habilidades, y hasta debilidades.
5. ¿Sabes realmente quién eres? ¿Cual es tu potencial? ¿Cuáles son tus talentos? Y algo muy importante, ¿Lo que haces, lo haces para alimentar tu ego y tu orgullo, o simplemente lo haces para agradar a Dios?
6. Todo aquél que posee una sana autoestima:
- Está seguro de quién es.
- Está consciente de su potencial y de lo que puede lograr.
- Y todo lo que hace, lo hace para agradar a Dios.
7. Cuando todo lo que se hace, se hace con amor (con un fin altruista), entonces créeme que no necesitamos recibir honores de las demás personas.
8. En cambio, el vanidoso necesita que se le reconozca hasta el más mínimo gesto y detalle que brinda a las demás personas; y de no ser así, su corazón se llena de amargura.
9. Quien posee una sana autoestima, goza de un carácter muy humilde y generoso…
10. ¿Quieres saber cuál es el secreto para alcanzar el éxito en la vida? – Haz todo para agradar a Dios, y no a los hombres. Hazlo con humildad, y no para recibir honores.
11. Que Dios nos ayude a amarnos a nosotros mismos, y a construir una sana autoestima.
Shalom U’Brajot (Paz y Bendiciones)