1. La religión, cualquiera que sea, no te hace mejor o superior a las demás personas.
2. Términos como religión y conversión, en realidad son conceptos totalmente ajenos al verdadero propósito y esencia del ser humano.
3. ¿Religión? La verdad es que no necesitas de ninguna para conectar con tu Hacedor, pues Dios vive en ti.
4. ¿Conversión? ¿Díganme en qué tendríamos que convertirnos?.
5. El sistema pretende vendernos una imagen y estatus que de por sí ya nos pertenece; aquello que por herencia y esencia ya somos en Dios.
6. A diario recitamos: “Elo-hay neshama shenatata bi tehora hi…” (¡Dios mío! El alma que Tú me has dado es pura).
7. Dios te pensó, te creó y te formó en absoluta pureza y santidad. ¿Qué puede darte la religión que ya Dios no te haya dado?.
8. Somos chispas divinas, somos emanaciones de la Luz Superior e Infinita; lo único que necesitamos es recobrar nuestra consciencia.
9. Nuestra labor diaria es iluminar y reconstruir este mundo.
10. Un hombre no cambia a otro hombre, y mucho menos una religión.
11. Por supuesto que en algún momento existirán personas que podrán instruirte y guiarte de la mejor manera, pero siempre serás tú quien tome tus propias decisiones.
12. Se trata de que cada día seamos mejores personas; esa es la meta y propósito de todo ser humano.
13. ¿Cómo podemos lograrlo? Amando a Dios, amando al prójimo, amando la creación, y amándote a ti mismo.
14. Toda religión que carezca del verdadero amor, no es más que un engaño y generalmente terminará en una profunda decepción.
15. Dejemos de vivir de apariencias y retornemos cuanto antes a la esencia.
16. Más que religión, lo que realmente necesitamos es amor y convicción.
¡Shalom!