1. Lo primero es admitir el error.
2. Es necesario recordar y comprender aquello que nos hizo actuar tan mal.
3. Perdónate a ti mismo.
4. Pide a Dios que se presente la misma situación en el futuro, de modo que puedas actuar de forma diferente y lograr la corrección. Una nueva oportunidad para rectificar y demostrar que realmente hemos cambiado.
5. El sólo pedir disculpas no aliviará el dolor de la víctima. Debes esforzarte por reparar el daño.
6. Tienes el poder para purificar y limpiar este mundo de tantas impurezas.
7. Esta vida es una oportunidad para saldar cuentas, amar, perdonar y seguir adelante.
Shalom U’Brajot (Paz y Bendiciones)